FRESAS ROJAS, fresas bonitas, fresas dulces, vivan las fresas! Desde mi más tierna infancia que soy adicta a ellas. En esos tiempos debíamos esperar a la temporada porque no existía la "globalización" gracias a la cual hoy podemos comer, en pleno invierno, bananas de Costa de Marfil o mangos de Brazil! igualmente, no sé en definitiva qué es mejor: si esperar ansiosamente las fresas de la temporada, siempre dulces, o comer las que vienen por avión semicongeladas y menos sabrosas. Pero bueno, no viene al caso. El tema es que la primavera (la europea) es ahora y por ende encontramos unos fresones impresionantes y de buen sabor en cualquier mercado.
Por tal motivo es que hoy les doy una receta MUY MUY SIMPLE!!!! La mousse de
FRESAS.
Una
"mousse" es una "espuma" -tal la traducción de esta palabra francesa.
Para prepararla vamos a necesitar:
500 gramos de fresas (vean procedimiento de lavado y decorticado en mi post de "
El postre para el menú de pascuas")
200 gramos de azúcar
1 cucharada de zumo de limón
300 gramos de nata de pastelería (crema líquida para las argentinas, la de La Serenísima, por ejemplo)
Comenzamos?
Una vez lavadas y decorticadas las fresas las volcamos en una cacerolita; le agregamos el azúcar y el zumo de limón.
Llevamos al fuego hasta que se transforman en una especie de mermelada. Esto les llevará unos 20 minutitos. Las fresas deben quedar cocidas, de color rojo transparente. Durante la cocción vamos a retirar con cuidado esa espumita blanca que se va a generar en la superficie. No es que sea mala, pero nos deja un color opaco en el producto final.
Hecho esto, y cuando haya bajado un poco la temperatura, tomaremos nuestra procesadora, robot, turmix, licuadora... en fin, el aparato que tengamos a mano, y procesaremos hasta obtener una mermelada o confitura.
Listo, llevamos a la nevera por lo menos durante una hora.
Al cabo de esa hora, comenzamos a batir la nata (batidora de mano eléctrica, o a mano y pulmón si necesitan ejercitar los triceps!).
Esto sí es
IMPORTANTE:
vamos a interrumpir el batido cuando veamos que está semi-batida, o sea que tiene consistencia pero no tanta como una crema chantilly.
Dentro de bol o jarro donde batimos la nata colocaremos tres o cuatro cucharadas de la confitura de fresas para mezclarlo y luego lo volcamos sobre la confitura restante y terminamos de integrar, despacio, de manera envolvente para que nos quede bien uniforme.
Ahora es el momento de probar el dulzor:
si les gusta más dulce podrán agregar un par de cucharadas de AZUCAR GLAS (impalpable). Ni piensen en agregar azúcar común del que usamos para el café con leche porque les va a quedar medio desagradable (masticar cristales del azúcar no es lindo cuando hablamos de una mousse).
Eso es todo! La colocamos en copas, vasitos, como relleno de un biscuit de chocolate. Tiene tantos usos como su imaginación les dicte!
Hasta queda verdaderamente genial si la montamos sobre una copa de ensalada de frutas o en una torta.
En la foto, la vemos envuelta en un biscuit joconde, bien finito, al cual decoré con dos colores, chocolate y rosado, gracias a la técnica utilizada (simplemente una pâte à cigarette!)
Qué más se le puede pedir a una mousse tan simple como ésta? Nada... no les parece?
Si la presentan en copas, una media fresa y una hojita de menta darán a la copa la terminación ideal.
Aprovechemos la temporada comprando fresas y deleitando a la familia.
Hasta el próximo post!
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