jueves, febrero 28, 2008

El motivo de mi blog

Estando un día en casa, haciendo unas “mignardises” para la reunión anual del colegio de mi hijo, me puse a pensar que no hay nada más lindo que compartir. Y se me ocurrió compartir con ustedes estas recetas que desde hace tiempo forman parte de mi bagaje culinario. Investigación, búsqueda, información disponible, recopilación, todo eso me llevó a escribir.
Debo comenzar por decir que todo en la cocina es antiguo y nuevo. Antiguo, porque no hay nada más antiguo que la harina, el agua y la sal, los componentes básicos del pan. Y también nuevo porque gracias a la comunicación, los nuevos productos y la tecnología, todo está ahora al alcance de la mano para el disfrute colectivo.

Resultaba imposible en el siglo XIV, conseguir tomates en Europa. Pero gracias a don Cristóbal Colón, un buen día nació la salsa de tomates en Italia. Tampoco había maíz ni patatas, alimentos básicos de la cultura precolombina latinoamericana. La ruta fue abierta y los alimentos cruzaron los mares.

Un ejemplo que me encanta comentar: los aztecas bebían chocolate pero no sabían de la existencia de la caña de azúcar hasta que los árabes la llevaron desde la India a España y de allí, otra vez de la mano de Colón, llega a República Dominicana. El cultivo se extiende por la zona y los aztecas endulzan por primera vez el chocolate con el azúcar, abriéndose una infinita gama de posibilidades, las cuales eran inexistentes hasta ese entonces.

Hoy en día, es posible comer uva durante el mes de julio aunque se resida en Bariloche. Ahora comemos kiwis; pero en la décadas del 70 y 80, esa fruta solamente se comía en Australia. Ejemplos de este tipo sobran y maestros y recetas también. Pero hay algo de lo que estoy segura: nadie nace sabiendo y todo es ganas, oficio y estudio. Con esfuerzo, podemos lograr todo lo imaginable.

Y es así como de buenas a primeras, me animo a escribir este blog. No hago alardes de original, ya que en cocina, y tal como lo decía anteriormente, hay cantidades de recetas que se asemejan unas a otras. O que siendo iguales, no resultan ni parecidas dependiendo de la mano del que lo haga. Pero tampoco es una copia, ya que cada uno de nosotros puede y tiene la capacidad de darle un nuevo giro a las cosas, de imprimir su propia personalidad y elevar lo corriente a alturas insospechadas. Animarse es poder. Creer es poder. Yo pude. Ustedes también.
Espero que lo disfruten ensayando y cocinando, tanto como yo he disfrutado al escribirlo.
Suerte, y a ponerse el gorro de chef! Toda una aventura los espera.

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